Por Ayelen Rodriguez
La pequeña Euterpe pasó a cuarto grado. Sus vacaciones se terminaron porque el lunes arranca el cole. No quiere, esta molesta por eso. Su abuela le dijo a su mama: “Fijate porque Eute no quiere ir, no sé qué le pasa”.
No quiere ir en absoluto. No quiere volver a ver a Nicolás que la carga con que es torpe, y le canta la canción. Esa canción que dice “Euterpe, trompeta, es torpe y muy fea”. Esa canción que no le da gracia pero evidentemente es muy chistosa porque todos se ríen. No lo entiende.
Sinceramente se siente mal cuando se la cantan, y ya se lo dijo a la seño. Hablaron con Nico y todo; y amenazaron con citar a sus papás. Pero a él no le importa. Si no fuera por Luz, Euterpe cree que no tendría amigas.
Igual, a pesar de eso, a los cumpleaños la invitan.
Igual, a pesar de eso otro, ya sabe que Nicolás va a ir a una técnica y solo le quedan dos años más de convivencia escolar.
Eute, como le dicen, no quiere madrugar, ni estudiar matemática. Los problemas no le salen fácil.
Eute, como le dicen, quiere seguir en la pelopincho, y tirar bombitas contra la pared todo el año. Le gusta el ruido. Le aburre inflarlas, no sabe atarlas, pero le gusta tanto el “splashhh” que hacen contra la medianera…
La pequeña Euterpe, pasó a cuarto grado. Y a pesar de que su mamá le entusiasma con un año lleno de cosas fantásticas, Eute, siente, que lo fantástico de su vida, esta en otro lado.
.
.
.
El relato pertenece a la serie Va a sonarte raro.
Hablemos de nombres raros, como el de Gediminas Pranckevičius.